Mes: abril 2023

El mejor cine xxx, en Europa

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En el siglo pasado, los daneses fueron los que marcaron el ritmo de la industria del cine erótico mundial con la película Afgrunden, un melodrama erótico danés, rodado en 1910 e inmediatamente prohibido en los Estados Unidos de América. Lars von Trier, ¡no eres el primer danés en causar controversia!

Aunque durante la última década la industria cinematográfica mundial se ha vuelto más conservadora con escenas de sexo o desnudos menos explícitos, especialmente en un panorama más comercial, todavía hay un gran cine euroerótico proveniente del viejo continente. Te traemos algunas de sus producciones que cualquier cinéfilo como tú y aficionado a este género debería conocer. Comenzaremos con un clásico y luego echaremos un vistazo a las películas eróticas más recientes. ¿Estás listo?

  • El último tango en París (1972)
    Uno de los mayores clásicos mundiales del cine erótico, El último tango en París causó furor y emoción allá por los años 70. Protagonizada por el gran Marlon Brandon y la actriz francesa Maria Schneider, esta película cuenta la historia de un hombre estadounidense de mediana edad que inicia una tórrida aventura con una joven parisina. Una pieza erótica muy fuerte con una gran banda sonora, todavía es considerada por la mayoría como una de las mejores películas eróticas de todos los tiempos y puede ser apreciada por personas de todas las generaciones, incluidos tus padres.
  • Ninfómana – Volumen I (2013)
    La nueva película de Lars von Trier ha estado causando revuelo al otro lado del océano y los críticos la califican como una de las películas más sexualmente gráficas jamás realizadas. La película cuenta la historia de una adicta al sexo (Charlotte Gainsbourg) que es raptada por un hombre mayor tras ser agredida sexualmente, e insiste en contarle (y nosotras) su (complicada) vida sexual. Verás S&M, muchos tríos, sexo oral explícito, mucha desnudez e incluso una escena con una vagina y un juego de cucharas.
  • La vida de Adele (2013)
    Una de las películas más aclamadas de 2013 e incluso nominada a un Globo de Oro, La vie d’Adèle cuenta la historia de Adèle, una joven cuya vida sufre un cambio dramático cuando conoce a Emma, ​​una chica de cabello azul. Luego comienzan un viaje increíble para descubrir el deseo, la belleza y el amor. Una hermosa película.
  • Olas que desaparecen (2012)
    ¿Puede la ciencia ficción ser sexy? Por supuesto que sí, y Vanishing Waves es la prueba definitiva. Esta novela erótica de ciencia ficción de la directora lituana Kristina Buozyte cuenta la historia de Lukas, un científico informático neuronal que participa en un experimento para entrar en la mente de una niña en coma. Por supuesto, ella es hermosa y él se obsesiona con ella. La crítica la ha calificado como “una película de ciencia ficción fascinante, hipnótica”, con el valor añadido de ser sexy.
  • El sexo de los ángeles (2012)
    España lleva mucho tiempo mimándonos con grandes películas eróticas (quién no recuerda Jamón, jamón, una de las películas españolas más candentes de la historia, con Javier Bardem y Penélope Cruz). ¡Este no es una excepción! El sexo de los ángeles retrata el perfecto triángulo amoroso caliente. Bruno ama a Carla, pero luego conoce a la hermosa bailarina de hip-hop Rai y comienza una relación paralela apasionante (y gay). Una historia de amor, afectos y relaciones abiertas. Mucho sexo, tanto hetero como gay.
  • 9 canciones (2004)
    Si te gusta el indie rock y el sexo, ¡esta película erótica es definitivamente una buena opción! 9 Songs cuenta la historia de Lisa y Matt, un estadounidense y un británico que se conocen en Londres y pasan el tiempo asistiendo a conciertos de rock y teniendo sexo. Algunos críticos de cine han dicho que la película es solo pornografía «vestida con credenciales de cine independiente». Pero la película está bien si quieres pasar 71 minutos escuchando buena música y viendo a la gente teniendo sexo.

El documental, otra forma de hacer cine

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No hace tanto tiempo, cuando solo existían la tele analógica y gozábamos de solo unos cuantos canales de televisión, muchos nos veíamos torturados por nuestros padres a la hora de la sobremesa con el «temido» documental de la… bueno, no diré el nombre de la cadena, pero seguro que todos lo recordáis. Era un género que la juventud odiaba con todas sus fuerzas, a excepción de unos cuantos frikis; lo ponían el cártel de la peor basura televisiva, junto a los telediarios y a algún programa de cultura. Los padres y abuelos, sin embargo, como no llevaban tanto tiempo con la televisión entre ellos, adoraban estos espacios, otra manera de llegar a la cultura cuando ellos eran en su mayoría analfabetos, o tenían apenas los estudios primarios.

Ahora la cosa ha cambiado, por suerte, y por basura televisiva entendemos otra cosa; y por contra, siguen siendo durante décadas los espacios televisivos con mayor share, aunque todo el mundo convenga que no hay calidad ni ningún interés informativo. En lo que se refiere a los documentales, el género ha dado un giro de 180 grados, ayudado en gran manera por los canales temáticos (bendita TDT, que hizo multiplicar exponencialmente las cadenas televisivas) y por las plataformas de streaming. Sí amigos, esas cuantas que estás pensando han apostado por el cine y las series documentales, y las han puesto al nivel de mejor cines, nacional, europeo o internacional.

Al ser productoras independientes que se financian ellas mismas, el carácter de los documentales ha cambiado bastante, ocupándose de temas polémicos y que nadie nunca antes se había atrevido a abordar. Por ejemplo, a ninguna cadena nacional de ningún país se le hubiera ocurrido producir un documental sobre Pornhub, como sí ha hecho una famosa plataforma de streaming internacional. Y ha sido un éxito rotundo en todo el mundo, a pesar de referirse a un tema tan controvertido como la pornografía y su mayor proveedor en la red durante casi una década.

¿Qué tenían los sitios web de pornografía, con Pornhub en la cabeza, para convertirse en todo un fenómeno coincidiendo con el auge de internet? De todos los contenidos que nos ofrecía la red, los videos porno eran sin duda los más demandados, los más visitados y los que mayores beneficios daban. No había manera de navegar por el ciberespacio sin que te salieron trescientos mil anuncios de contenido adulto, y el 80% se referían a páginas webs especializadas en videos xxx, acompañados de fotos eróticas y poco más. De hecho, el cine porno empezó a perder fuelle a raíz de esto, puesto que las películas porno ya no eran rentable para las productoras; y es que eso de los contenidos gratis mató toda posibilidad de sacarles rédito. Al final, se pasaron a internet, y sacaban sus ingresos de la publicidad de los portales web, cosa que tampoco les fue mal, no lo neguemos.

El documental nos da muchas claves sobre aquellos años de la pornografía online gratuita y desatada; y sobre todo por qué esta plataforma de contenido adulto acabó por fracasar; al menos, algunas de las razones. Cierto que el porno online ya no es un negocio tan beneficioso como antaño, aunque ahí está, aguantando cuando muchas otras industrias de ocio han fracasado. Puede que ya no tenga beneficios millonarios, pero siempre tiene un público fiel que sigue las tendencias con una fidelidad admirable, adaptándose a los distintos formatos o a las condiciones para acceder a sus contenidos.

Pero dejando el porno a un lado, volvamos al tema que nos ocupa, el de la industria documental. Se ha desarrollado tanto, que ahora se hacen documentales en forma de película, con la calidad y la elaboración que eso conlleva. O, para rizar el rizo, incluso series documentales, relacionados por temática, o por abordar alguna cuestión desde distintos ángulos. Se está convirtiendo en un arte, y puede que pronto tengamos que incluir el documental entre los géneros cinematográficos, como hacen ya muchos festivales de cine europeo.

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